Desgarrándome entre las sábanas el dolor persistía, ya no sabía el porqué de tanta tristeza...la soledad nos invade de golpe aún estando rodeados de un montón de gente, que si puede ser cierto que nos quieran, que nos amen... pero a veces cuesta creerlo y llegado a ese punto nos sentimos sólos ante el dolor de nuestra alma. Un alma que duele...
Me levanté una mañana más temprano de lo habitual y mirándome al espejo me dije al frente la típica frase "hoy va a ser un gran día",me duché y salí a la calle con la intención de dar un largo paseo antes de llegar al trabajo.Habiendo recorrido quizás unos quinientos metros,a lo lejos,ví un bulto en el suelo...yo,que soy bastante prudente en estos casos me pensé como diez veces si acercarme o no,pero no podía marcharme sin mas y mi corazón como siempre, mandaba.Me dirigí con paso lento a ver que era..
El bulto no se movía,lo toqué con suavidad con la punta del pie y nada,aquello estaba quieto....silencio.....repetí la operación con cuidado pero un poquito más fuerte,NADA.
La calle estaba desértica,hacía mucho frío y suerte que yo estaba equipada con mis guantes y no tuve escrúpulo alguno en levantar la manta que lo cubría,que miedo y que incertidumbre,no saber que me podía encontrar,poco a poco con el cuerpo temblando y la garganta seca descubrí que había un cuerpo humano.Los pantalones roídos,sucios con unas zapatillas también roídas y sucias los calcetines mugrosos..decidí entonces levantar la parte contraria para ponerle cara.
Era un hombre con barba dejadísima y canosa al igual que el pelo que cubría algo de su rostro enganchándose a el por la falta de higiene..que pena! seguro que estaría muerto que se habría quedado helado con el frío que hacia...de pronto entreabrió los ojos y se me quedó mirando pero como si mirara al vacío.Saqué el móvil y 112,mientras,lo cubrí con mi abrigo vintage y le intenté dar calor con mis manos friccionando con suavidad su delicado cuerpo.
Me fuí a trabajar después de prestar declaración a la policia y a la que acabó mi jornada laboral marché hacía el hospital pero llegué demasiado tarde,había muerto...allí lo único que me pudieron decir es que no tenía familia y que preguntaba constantemente por una tal Sara,Sara!!! yo me llamo así,que coincidencia...sentí entonces la necesidad de averiguar algo más sobre aquel hombrecillo.
Fuí a su entierro y allí sólo había un hombre de más o menos mi misma edad,tenía que saber y no tenía más via que él, así que esperé a que acabara todo y le pregunté si lo conocía,me dijo que si,que era un gran hombre que se llamaba Ismael y que tenía 72 años,extrañado por mi presencia me pidió que lo llamara dándome su número de telefono porque iba con el tiempo justo y se despidió insistiendo que necesitaba hablar conmigo,yo me quedé sorprendida ya que había alguién más interesado que yo, en hablar de Ismael.
Caminaba despacio,cabizbajo,no parecía tener ganas de llegar a ningún lado,no encontraba sentido a su vida y necesitaba un aliento,un soplo de aire que lo trasladara a otro lugar,a otros tiempos..
- Ismael, a donde vas?
-Voy a trabajar pero creo que tendré que salir corriendo porque ya no aguanta más.
-Vaya hombre,lo siento pensaba que se había recuperado,yo es que he estado en Cuba,eso es el paraíso,me lo paso de fábula cada vez que voy....
Y blablabla....Ismael lo miraba con asombro, pensando en su mujer moribunda,con la que ni siquiera los médicos le regalaban su compañía en sus últimos días y no entendía tanto egoísmo por parte de aquel conocido del que no recordaba ni tan sólo su nombre,tanta insensibilidad....
La tristeza le inundó cuando veía el féretro de su mujer entrando en aquel agujero frío,era tan desolador...A partir de aquel momento Ismael dejó de ser,se anuló,el amor de su vida le había abandonado para siempre en aquel mundo extraño y fué entonces cuando decidió no ir a trabajar,decidió no pagar la luz,ni comer,ni reir,desapareció para siempre,su esencia se fué...
Un día cogió el primer tren que pasaba con poco dinero en los bolsillos y se dejó caer en una gran ciudad donde sólo quedaba el ruido y las luces.Al principio dormía en un hostal muy humilde después acabó viviendo en la calle,comiendo de las limosnas y de lo que aquel cocinero amigo suyo le daba.
-Ismael,va,entra!
El pobre hombre se quedaba esperando siempre la invitación de Pablo y con media sonrisa de agradecimiento entraba en el restaurante mientras el cocinero le daba una palmadita en la espalda en forma de saludo,entonces le preparaba la mesa y le ponía un plato caliente y un vasito de vino,se sentaba frente a él y los dos conversaban,ese momento,el de la conversación tranquila y pausada de Pablo era lo que más agradecia Ismael.Pasado un tiempo la relación se fué estrechando y la confianza se convirtió en caracajadas y alguna que otra lágrima...
Pablo cada vez le tenía más cariño y le propuso en más de una ocasión que se fuera a vivir a su casa, no le parecía bien que viviera en la calle pero Ismael nunca quiso y hasta se enfadaba resistiéndose a tan generosa oferta hasta el punto que dejó de insistirle pensando -mientras le pueda dar de comer- sin darse cuenta que le daba más que de comer,que le daba esa amistad que mucha gente con mucho dinero envidiaría.
Era una mañana cualquiera,Ismael como siempre,salió a comprar el pan,el periódico y a tomarse un café pero hoy se lo tomaría en el bar nuevo de la esquina del que le habían hablado muy bien.De repente la vió,ella sólo abrió la boca para preguntarle como quería el café y él se dió cuenta en ese momento que era la persona que quería en su vida,esa voz dulce,amable, ese saber estar y esa elegancia le fascinaban,pasaron meses incluso algún año e Ismael no se atrevía a dar un paso para conseguir el amor anhelado,temía romper la amistad que habían forjado,hasta que un día se dispuso a correr el riesgo que podría mejorar su vida notablemente,se dió cuenta que sólo se vive una vez y que el tiempo pasa...entonces se declaró ante ella,ella....Sara...con la que vivió los mejores años,por la que murió en vida.....
Corría aire frío,helaba..yo iba como cada jueves a ver a Pablo.Entré en su restaurante tiritando,tenía la nariz roja y los labios cortados a causa del frío.Me dió a probar una sus últimas locuras culinarias,me dió un par de besos sonoros de esos que dejan huella en el corazón y un fuerte abrazo mientras me olía,....
El tiempo fué pasando y los jueves también,.....cansada una tarde mostré mis sentimientos como el carnicero que coloca una buena pieza de carne encima de una mesa fría mostrándola con orgullo.Él,Pablo,me quisó a su manera....
Entre mis sábanas,las del principio de esta historia,yo ahora sueño...quizás algún día mi suerte con él cambie...no se..pero a pesar de pensar que es el amor de mi vida,no me hundiré como Ismael,porque aunque muera de amor no moriré en vida,valoro respirar y levantarme cada mañana pensando sin mirarme al espejo "hoy va a ser un gran día",porque simplemente lo es,cada minuto de mi vida,cada segundo,es sólo mio...y lo mejor que me ha pasado es haber nacido.