EL ÚLTIMO SORBO de Guillermo Cabellos 1r premi -compartit-
La suerte ya estaba echada, era ese momento o ningún otro. Entré en su despacho. Nada más cruzar la puerta mis pulsaciones se dispararon. Llevaba lo de siempre. Café con leche con dos terrones de azúcar... y algo más. Sin dignarse a darme las gracias dio el primer sorbo. Fue el último. Su cabeza, brillante, a la par que arrogante, cayó súbitamente sobre el escritorio. Un delgado reguero de sangre caído de su oído derecho tiñó algunos documentos oficiales de rojo. No lo hacía por mi propio bien, sino por el de la asociación. Debía seguir siendo desconocida por la sociedad, latente a ojos de aquellos que sabían dónde buscar. Retiré la taza de su mano, que aún se aferraba a ella como si fuera su propia vida. En ese preciso instante pensé: “El próximo año seré directora”.
AVERSIÓN DE VOCACIÓN d'Alberto Barrachina
“El próximo año seré directora”. Es lo único en lo que puedo pensar mientras mancho mis botas con la sangre de la víctima. Me acerqué a él y le robé unos cigarros. Los necesitaba. Aproveché y le miré el DNI: Sergio Aymá. Se notaba que no había hecho nada especial, no era muy apuesto y no parecía listo. Era el típico don nadie.
Cinco euros a que es la novia – dijo el sargento López, un conocido ludópata, desde el fondo de la habitación.
Acepté, aún a sabiendas de que había sido un ladronzuelo que había dejado las paredes llenas de huellas. Yo sólo quería irme a casa y lo hice, mientras fumaba el último cigarro de Sergio. Pobre chaval, no se merecía irse así, bueno… tal vez sí, no es que lo conociera. Sinceramente, me daba igual. Suspiré. Odio este trabajo.
Unos intérpretes de muerte de Sara Soteras i Acosta
Mi violín y yo nos dirigíamos al ensayo general del concierto de Invierno. Cuando llegamos, encontramos dos inspectores de aires vanidosos y cientos de ojos fijados en nosotros. Se dirigieron a mí acusándome de la muerte del director de la orquestra. Rápidamente lo negué; pero no tenía coartada y mis compañeros testificaron contra mí, alegando que yo siempre decía: “El próximo año seré directora”. Me habían ofrecido el puesto de trabajo por la jubilación del maestro.
Los inspectores no investigaron más y quedé como una asesina con trastorno de identidad disociativo. Busqué al verdadero culpable durante meses y sin ayuda, hasta que lo encontré y lo denuncié.
El director de orquestra tenía un hermano que le llevaba las partituras a todas las audiciones. Este, desde pequeño, envidió a su hermano por su talento y decidió impregnar veneno en la tinta de los pentagramas para librarse de él. Finalmente, he llegado a ser directora, pero siempre que me dispongo a leer una partitura paso página por donde mis dedos nunca podrán recoger ni una pizca de tinta.
6FG de Mireia Prat i Esquerdo
Si fos per mi, no ho faria. En primer lloc no volia ni estar al negoci, però he fet tantes arrels... La dificultat està en trobar tanta sang i tant merder cada dia. Si fins i tot em costa mirar-me al mirall al matí i dir-m’ho a la cara. És tan surrealista… El cas és que cada dia m’agrada més i gaudeixo tot i saber que el que faig no està bé. Des que em van dir la notícia no paro de pensar-hi. L’any que ve seré directora. Sí, l’any que ve seré directora del centre on treballo des de fa set anys. L’any que ve dirigiré totes i cadascuna de les operacions del complot 6FG. L’any que ve començarà la glòria per mi i se'ls acabarà als qui no en mereixen.
El secret darrere d’un element químic d'Anna Soriano 1r premi -compartit-.
Abans de començar la classe de química, agafo la mescla feta per mi que ens va ensenyar la professora de química, Cora, i la barrejo amb el seu cafè del migdia. Qui ho diria? Una petita dosis la farà dormir en un somni d’on mai despertarà.
Quan acaba la classe, la Cora anuncia la notícia: l’any vinent seré directora!- El motiu del meu crim. Quan ho diu em mira als ulls, assaboreix el cafè i escriu tres compostos químics: 42,28,20.
Busco els elements corresponents: Mo, Ni, Ca; junts formen el meu nom. Em cau el món a sobre. Sona el timbre. Em criden pels altaveus. Arribo. El director ha caigut a terra. Al costat té la mateixa tassa de cafè que la Cora.
- Papà, no!!!!
WOKE UP THIS MORNING de Germán López Izquierdo
Vaig notar el fred mànec, el tacte del cuir d’aquell maleït objecte, vaig col·locar el dit índex en aquella freda i metàl·lica palanca que podia actuar com Cèsar al Coliseu, polze a dalt, o polze a baix. Posteriorment, baix situar el fred cilindre fumejant al seu front, vaig prémer el mànec i vaig carregar-la. Devia notar un fred formigueig entre els seus ulls. En aquell moment la meva mullada i suosa mà es va inclinar cap endavant prement encara més aquell mortal punt. La vida d’una persona estava a la meva suosa mà. –Doncs això és el que has de fer si els gàngsters Macri t’agafen, que l’any vinent seré directora i no vull baixes, “capisci”?-.